A desayunar
En un autobús, el borracho cede el asiento a una hermosa señora.
Al poco rato, ella se descubre el pecho y le da de comer al niño.
El borracho, avispado le dice:
- Señora, no me lo va a creer, hic, pero su hijito me acaba de invitar a desayunar, hic.
Envie este chiste a un amigo
|